miércoles, 29 de mayo de 2013

Ojo con los engaños en las casetas de la feria


Estamos de feria en Córdoba y me comentó una amiga que el sábado pasado, en una caseta de la feria de Córdoba (el Prendimiento) le cobraron muchísimo por tomarse 4 bebidas y dos raciones.

Según me comenta, en la puerta estaban entregando unos vales por una ración de Patatas Bravas a cambio de comer en la caseta (no sé si indicaba un consumo mínimo, pero me imagino que sí). En fin, que las dos parejas que iban decidieron comer allí mismo.

Pidieron 4 bebidas, nada de cubatas ni licores, sino refrescos y cerveza. Y aparte pidieron dos raciones: una de lomo y otra de calamares. Aparte le dieron la de Bravas de regalo. En cuanto a los calamares, según ella estaban incomibles, y la de lomos, aunque estaba bien, tenía 5 trozos medianitos de lomo, un trozo de lomo para cada uno y el quinto trozo a repartir.

La sorpresa se la llevaron cuando pidieron la cuenta: ¡¡¡45 euros!!!. Le preguntaron si se habían equivocado, pero el camarero les dijo que no y les enseño la tablet donde se veían los artículos y los precios. Eso sí, primero les quería cobrar más dado que se les olvidó que las Bravas eran regaladas.

Dice que ya no se acuerda del desglose de los precios por el disgusto que llevaba, pero considerando que cada bebida, tirando por lo alto valga 2,50 euros, cada ración ha debido de valer unos 17 - 18 euros. Increible y eso que hay crisis.

El fallo lo han cometido ellos por no preguntar los precios de antemano, ya que de todos es sabido que muchas veces en estos eventos algunos inflan bien los precios.

Eso me recuerda a algo que me ocurrió en la Feria hace algunos años:

Iba con un amigo y decidimos comer en la feria al mediodía. En una caseta en la que los precios se indicaban en pizarras vimos que el plato de paella costaba X euros (no me acuerdo el precio exacto). Me llamó la atención de que incluso se indicaba el precio del pan, todas las bebidas, de todo vamos. Lo creía una atención para con los clientes.

Nos tomamos nuestra paella, pan y cerveza cada uno y nos disponíamos a pagar. Como los precios se indicaban tan claramente ya teníamos el dinero preparado cuando pedimos la cuenta.

La sorpresa fue que el camarero nos pedía más o menos el doble. Cuando le dijimos que debía de estar equivocado él insistía en que no, que costaba eso.

Le indicamos el precio de cada cosa e hicimos la cuenta, finalmente se resignó a aceptar el precio real, pero se notaba que realmente nos la había intentado colar.

En ese momento me dí cuenta de que las pizarras con los precios más que un ejercicio de transparencia, tiene el objetivo de no permitir que los camareros se saquen un sobresueldo a base de inflar los precios reales.

Supongo que esto no ocurrirá en todas las casetas, pero nunca está de más ir prevenido.

Mi consejo:
  • Preguntar los precios de antemano.
  • Tener referencia previas del lugar.
  • Y particularmente prefiero comer fuera de la feria.

 

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